La reflexología consiste en la aplicación de presión, estiramientos y suaves masajes en diferentes extremidades (manos, pies) con el fin de lograr un efecto en la zona correspondiente y, al mismo tiempo, restablecer su equilibrio.
Con la presión que se ejerce, las terminaciones y otras energías del cuerpo se ponen en funcionamiento y, entonces, el propio cuerpo se encarga de la curación corrigiendo el desequilibrio que puede tener el paciente.
Los masajes de drenajes linfáticos se realizan a través de una técnica que consiste en movimientos muy suaves, lentos y repetitivos sobre el sistema circulatorio que nos permite movilizar los líquidos del organismo. Las principales funciones de esta aplicación es el tratamiento de la retención de líquidos.